KHADRA, YASMINA / MARTÍN BERMÚDEZ, SANTIAGO (TRAD.)
Ghachimat es una pequeña localidad argelina por la que pasa el tiempo sin(*CR*)sobresaltos. Las amistades se cultivan desde la infancia, se sueña en voz(*CR*)alta, se agudiza el ingenio para lograr el amor deseado, se envidia a los(*CR*)que han tenido éxito, se menosprecia a los que no lo lograron, se sobrevive(*CR*)amoldándose al peso asfixiante de la tradición. La capital, Argel, es un(*CR*)baño de sangre, pero a la apacible Ghachimat no llega la inquietud, todo se(*CR*)ve con el sosiego que da la distancia. La indiferencia se autojustifica con(*CR*)aquel argumento de que las víctimas no serían tan inocentes. Un desamor(*CR*)precipita a uno de los hijos del lugar a embarcarse en la aventura de la(*CR*)guerra de Afganistán. Su regreso, convertido en héroe, despertará(*CR*)diabólicamente al pueblo de su letargo. Las viejas rencillas, agazapadas(*CR*)tras motivaciones políticas y religiosas, con proclamas irracionales contra(*CR*)los que leen a Marx, Sartre y Dante, lo arrastrarán a una ola de ajustes de(*CR*)cuentas y asesinatos en masa que desbordan el cementerio.(*CR*)Los corderos del Señor no es sólo una aproximación al drama argelino desde(*CR*)la literatura. Khadra, con un lenguaje contundente no exento de lirismo,(*CR*)describe la metamorfosis infernal que sufre un pueblo. Cómo sus vecinos,(*CR*)gente común y corriente, con sus virtudes y sus miserias, se dejan arrastrar(*CR*)en una espiral perversa que abandona la paz deseada por una manifiesta(*CR*)voluntad de guerra fratricida. El talento de Yasmina Khadra para profundizar(*CR*)en la sicología humana hace que la bajada a los infiernos de Ghachimat(*CR*)escape del marco argelino para adquirir tintes universales en los que(*CR*)cualquier pueblo se puede reconocer. Un espejo en el que los corderos del(*CR*)Señor se convierten en lobos sin sueños, en verdugos y víctimas a la vez.