BRANKOVIC, LIDIA
Bienvenido al Gran Hotel de las Emociones, donde todas ellas vienen para quedarse. Cada huésped tiene necesidades únicas.
. Ira, por ejemplo, es muy ruidosa y necesita mucho espacio para gritar y expandirse.
. Tristeza habla muy bajito y a veces inunda el baño.
. A Gratitud le encanta pasear al aire libre; nunca se sabe cuándo vendrá a sentarse a tu lado.
Algunas emociones son grandes y otras más pequeñas, pero ninguna es rechazada. ¡En el Gran Hotel de las Emociones hay sitio para todo el mundo!